Como algunas enfermedades se
transmiten por el contacto de una persona sana con el semen, sangre o fluidos
corporales de una persona infectada (incluye relaciones sexuales).
Las precauciones que se
deben tener son muy sencillas y nos ayudan a reducir las posibilidades de ser
infectados de enfermedades como la Hepatitis B. C., alguna enfermedad venérea ó
el VIH.
Debemos tener claridad en
que son los fluidos corporales: son todas aquellas secreciones o líquidos
biológicos, fisiológicos o patológicos que se producen en el organismo.
Cuales son:
- · Sangre
- · Semen
- · Secreciones vaginales
- · Leche Materna
- · Líquido de cavidades cerradas
- · Líquido Cefalorraquídeo
- · Líquido Pleural
- · Líquido sinovial
- · Todos los fluidos que tengan sangre visible.
En ese caso podemos:
- Donar sangre (puede estar disponible para nosotros mismos).
- Evitar que fluidos corporales de otras personas, hagan contacto con la nariz, los ojos, cerca de los genitales o de cualquier herida abierta que tenga en la piel.
- Exija instrumentos totalmente esterilizados cuando ponga en práctica alguna actividad que pueda producir una hemorragia (como manicure o pedicure).
- Practicar el sexo seguro, utilizar un condón por cada relación sexual que incluya penetración, evitar la promiscuidad
- No compartir utensilios o instrumentos de uso personal, que puedan llegar a tener sangre de otra persona.
- No compartir agujas y/o jeringas.
- No dar de mamar al bebé
- Estar al día en las vacunas, si se cree que puede estar en riesgo de estar en contacto con estos virus.
- Utilizar gafas o mascarillas
Cada quien es responsable de sí mismo y de autocuidarse, el valor que tiene cada uno de sí mismo es de vital importancia, ya que no podemos exponer nuestro cuerpo como si fuera un mueble más, desafortunadamente la moral y la ética han venido de más a menos, pues se le ha venido dando mayor importancia al lucro sin importar cómo, ni de donde venga, al punto que el riesgo ya no se encuentra en situaciones laborales o médicas sino que también hemos entregando nuestro poder de decisión a un placer momentáneo que nos nos permite ver la realidad de los riesgos en los que estamos incurriendo, ya que en algún momento de nuestras vidas fuimos anulados de alguna manera y no hicimos nada para corregir esa situación.